Los ciclos de la vida social de los pueblos andinos están marcados por actos festivos, que contribuyen – por la mediación sociopolítica entre humanos, y cosmo política entre humanos y no humanos- a consolidar los nexos al interior del grupo. Estos actos festivos están sobre todo presentes en contextos rituales que reactivan un ciclo de intercambios y de obligaciones basados en la adquisición y el pago de la deuda. Durante estas celebraciones el proceso de preparación y consumo de grandes cantidades de alimentos y bebida, constituyen momentos de cohesión social y de transmisión de saberes hacer. La chicha bebida fermentada a base de maíz, el pan en forma de figurinas (huahuas de pan), la colada morada, se consumen durante estas celebraciones, son ahora artefactos inscritos dentro del patrimonio inmaterial del Ecuador, en un contexto en el que los saberes y las prácticas tradicionales de los pueblos indígenas son consideradas como bienes inestimables de la nación, por la constitución ecuatoriana del 2008. La tradición, la memoria social y todos los elementos constitutivos del patrimonio cultural de un pueblo, son el resultado de una sucesión de hechos de naturaleza diferente y de su interacción. Así nos interrogamos sobre la eficacidad de las políticas de patrimonialización para tomar en cuenta la dinámica dentro de la cual se construye el patrimonio cultural, reduciendo el riesgo de una patrimonialización que culmine en la reificación de las producciones culturales, como objetos exclusivamente económicos o políticos.

(*)El autor o autora no ha asociado ningún archivo a este artículo