Artículo

Mujer y prisión, una relación imposible

Las prisiones, como micromundos periféricos de la sociedad, reflejan tanto las mismas desigualdades de género de ésta, como con respecto a los recursos que el sistema penal ofrece a las personas privadas de libertad. De igual forma, se destaca la invisibilización de la situación de las mujeres en la cárcel, estimándose necesario su análisis y denuncia para combatir las fracturas legislativas, el complejo contexto de cumplimiento de las penas privativas de libertad, así como la vida cotidiana de la cultura carcelaria según el tratamiento institucional ofrecido a las internas en los establecimientos penitenciarios españoles. La mujer presa sufre la doble discriminación, tanto dentro como fuera de la cárcel: intramuros por factores como la falta de departamentos especiales que faciliten el cumplimiento de la condena en condiciones de igualdad con respecto a los hombres, la segregación laboral dentro de los programas de inserción ocupacional en las prisiones, o el rechazo ejercido por la propia entidad penitenciaria por el fatalismo que recae hacia trabajar con ellas. Una vez finalizada la condena, topan con el siguiente muro, el de la marginación por ser mujer y convicta. En conclusión, la comunicación pretende retratar las dificultades del binomio mujer-prisión en un entorno donde las necesidades, problemáticas y características que el colectivo de internas padecen -ya que los antecedentes familiares, culturales y socioeconómicos no afectan por igual a hombres y mujeres en situación de internamiento-, provocan que el yugo del cerrojo sea mucho más penoso para la población penitenciaria femenina.

(*)El autor o autora no ha asociado ningún archivo a este artículo