La prisión es un espacio que inquieta, donde la violencia tiene una presencia constante y los derechos son frecuentemente vulnerados. Esta institución es una de las heterotopías por antonomasiadefinidas porFoucault (1984) como contraemplazamientos, como lugar fuera de todos los lugares. Para profundizar más allá de su carácter espacial y realizar una reflexión epistemológica y metodológica, es necesario incorporar el concepto de heterotopías etnográficas definidas por Parrini (2016) como los lugares imposibles de conocer, porque están fuera de la etnografía, a la vez que la representan, impugnan e invierten. Para analizar estos espacios de contradicción, de imposibilidad de acceso al objeto de estudio no sólo físico sino experiencial y vivencial, se propone poner el foco en el sujeto investigador/a. Es necesario para ello, la movilización de sus emociones y realizar el análisis del impacto de dicha violencia en su subjetividad como potencial comprehensivo. Las reflexiones propuestas en la comunicación surgen del trabajo de campo desarrollado de 2014 a 2016 en 4 centros penitenciarios de la Comunidad de Madrid, cuyo objeto de estudio era un acercamiento a las tácticas y narrativas de las personas consumidoras de drogas en prisión, desplegadas a través de los dispositivos de tratamiento que la institución penitenciaria activa con el fin de lograr que hombres y mujeres consumidores/as de drogas se gobiernen a sí mismos/as.   

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