El espacio arquitectónico es una herramienta para la conformación de la persona, así como de su recuperación una vez que ésta ha sido lastimada, perturbada o dañada de algún modo; el cerebro humano funciona como una computadora que puede ser programado y desprogramado, dependiendo de la disposición energética de las personas y su medio de desarrollo. En la ciudad de Celaya Guanajuato, los centros penitenciarios se han adoptado como sistema de castigo ante los actos delictivos o faltas cometidas hacia otros seres vivos; sistema que durante los años que se ha puesto en práctica ha generado los mismos resultados fallidos: altos porcentajes de personas que salen libres vuelven a delinquir o ven estos espacios como escuelas para formar parte de grupos criminales. La función del espacio de readaptación parece no funcionar. Pareciera que los espacios diseñados en estos centros no poseen ningún estudio biomecánico, antropológico, ni psicológico impactando significativamente en la persona de reclusos, custodios, como personal administrativo y de servicios. Hoy día ha aumentado el índice criminológico, conllevando más prisiones y aumento de la población carcelaria. Todo esto obedece al planteamiento de ver el problema en la persona que delinque no en el sistema social deteriorado del que es parte. Este trabajo es parte de una investigación de tesis planteando un cambio de concepto sobre delincuente y delito; con ello una propuesta de diseño de espacio arquitectónico acorde a la sociedad celayense. Se plantea la generación de espacios armónicos e integrales. Se trabajó la revisión documental e investigación etnográfica.

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