Al decir de Mina Navarro (2015), se planteaba una reflexión interesante acerca de sí, dadas las condiciones actuales, es posible construir comunidad en- contra-y-más-allá de las dinámicas capitalistas para moldear y hacer otra ciudad, una que tenga como prioridad la reproducción de la vida, y sobre cuáles son las expresiones de esto y las capacidades sociales que lo hacen posible. Siguiendo este interrogante, se inspira el análisis que aquí se presenta y muestra los resultados de un trabajo etnográfico realizado en torno a la trama socioeconómica solidaria alimentaria constituida por Emprendimientos Asociativos de Trabajadores Autogestionados (Vazquez, 2010) que garantizan la reproducción de la vida en el Departamento de Canelones, Uruguay, y está compuesto por organizaciones colectivas del medio rural y organizaciones urbanas de consumo del departamento. Con este trabajo, se propone repensar la relación urbano-rural, y responder al interrogante cómo construir procesos colectivos y autogestionados que trasciendan las meras estrategias de resistencia ante las violentas embestidas del capitalismo y los Estados en la coyuntura actual. Y con ello, generar una reflexión-acción sobre los condicionamientos, limites y desafíos que se presentan en las múltiples estrategias construidas desde las organizaciones del campo popular para subvertir el orden establecido, problematizándose sus potencialidades y dificultades a la hora de constituirse como “un medio” y no un “fin” en si mismo. Se señala así, además, como clave para analizar esta trama, la promoción de los espacios colectivos, de generación de síntesis diversas y convergentes, que habilitasen cuestionarse el devenir de estas resistencias.

(*)El autor o autora no ha asociado ningún archivo a este artículo