Este trabajo explora el lenguaje moral que acompaña los mundos sociales en torno al empresariado social tal y como lo he experimentado junto a administrativos, activistas, empresarios y académicos en el marco de un proyecto financiado por la Comisión Europea investigando “empresas sociales exitosas”. La empresa social como concepto y práctica promete combinar lo mejor de dos mundos: solidaridad y libertad, seguridad e innovación, cooperación e independencia. En esta contribución me intereso por la ética empresarial como una representación cultural que permite imaginar Europa como “social” y también como un lenguaje que es reconfigurado, traducido y adaptado por expertos del tercer sector y por académicos para hacerlas compatibles con nuestras propias evaluaciones morales de la economía solidaria y por ende, nuestras prácticas profesionales. El argumento se nutre de mi trabajo de campo en empresas de inserción laboral, asociaciones, movimientos sociales y espacios de trabajo colaborativo en Viena, Glasgow, Berlín y Sevilla. En estos lugares he experimentado como la retórica moralizante del emprendimiento social es hecho compatible con prácticas cotidianas como la de suministrar servicios sociales, ganar dinero o vivir una vida con sentido.  

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