De la incomodidad al confortarnos: notas desde una experiencia de investigación colaborativa en la ciudad de Nueva York
La incomodidad constituye un principio de realidad básico tanto para las etnografías de matriz colaborativa, como para la práctica socioanalítica. Ambas perspectivas investigadoras se desacomodan epistemológica y metodológicamente en relación a los modos y diseños convencionales de la investigación social y, en ese desajuste, colocan la práctica investigadora en una posición incómoda, es decir, que no se acomoda a la norma.
Perturbando la distinción tradicional entre un sujeto investigador y un objeto investigado, esta modalidad de hacer investigador se vincula con una doble experiencia de la incomodidad: (1) su ineludible orientación transformadora implica siempre un malestar con la realidad como punto de partidadesacomodado; y (2) el irrenunciable carácter simétrico y dialógico de la relación entre los dos tipos diferentes de sujetos que usualmente participan de las experiencias colaborativas, investigadores académicos y personas no familiarizadas con la praxis investigadora, descoloca a ambos agentes: el investigador académico pierde el confort que le otorga su posición convencional de sujeto de poder en relación a un objeto y, al mismo tiempo, la conversión de dicho objeto en sujeto investigador hace a éste partícipe del desasosiego por la suerte del proceso investigador.
A partir de una experiencia de socioanálisis narrativo junto a mujeres indocumentadas en la ciudad de Nueva York, compartiremos algunas claves acerca del ineludible carácter incómodo de la investigación colaborativa, aportando una descripción analítica de la naturaleza paradójica de una incomodidad que, al enmarcarse en un modo de investigar que produce roce afectivo y lazo comunitario, nos conforta.
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