Miedos, masculinidad y epistemología. Acerca de cómo las emociones abordan/desbordan el trabajo etnográfico.
Esta propuesta pretende aportar un espacio de reflexión y debate acerca de cómo las experiencias emocionales, tanto del antropólogo como de los sujetos a investigar, se convierten en una variable esencial del proceso de conocimiento etnográfico, tanto en el trabajo de campo, como en las fases de análisis y escritura de la mano de la llamada “antropología de las emociones”(Le Breton, 1999, Rosaldo, 1984 y Lutz, 1988). En esta ocasión nos centraremos en lo que llamaremos las “incomodidades emocionales” del antropólogo partiendo de mi experiencia incomoda debido a mis prácticas afectivas, sexuales e identitarias no heterocentradas en determinados y concretos contextos gitanos.
No ser/practicar la heterosexualidad, te sitúa en una incomodidad constante, en una situación de estrés añadido y especialmente de alerta. La violencia por el desencaje pueden aparecer con gran facilidad en cualquier contexto. Pero, en contextos culturales donde los roles y definiciones identitarias de género se tensionan y rigidizan por el devenir histórico y de la acción del poder, este peligro acecha en cada esquina.
Aquí dialogaremos con la incomodidad, tanto de cómo se vive y manifiesta, así de cómo propicia una posición privilegiada en la investigación en cuestiones como la identidad, la sexualidad y en este caso especialmente acerca de las masculinidades. Este “estar alerta” provoca una potencia en la mirada que puede y debe ser aprovechada, lejos de negarse o quedarse escondida en nuestros diarios de campo.
(*)El autor o autora no ha asociado ningún archivo a este artículo