Esta comunicación analizará el papel jugado por las primeras mujeres que se dedicaron a la Antropología a finales del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX tanto en la definición de la disciplina como en la introducción de imprescindibles campos de investigación como el derivado del propio concepto de género, aunque no utilizaban dicho término. La Antropología fue una disciplina también formada por mujeres desde su primera institucionalización en asociaciones y universidades europeas y estadounidenses. Estas pioneras no solo construyeron un espacio para el estudio de las mujeres y otros géneros en su trabajo de campo, sino que también utilizaron las herramientas conceptuales propias de la Antropología y sus ejemplos etnográficos para desafiar la naturalización de los imaginarios de género de las sociedades occidentales. La diversidad cultural enfatizada en sus estudios disputaba la uniformidad y/o la hegemonía de los valores, instituciones, leyes, discursos, prácticas y símbolos de la comunidad social en función del cual eran juzgados hombres y mujeres en la representación de la realidad social. De esta manera, partiendo de un feminismo aplicado cuestionaron a través de la reivindicación de las distintas prácticas culturales las estructuras sociales de poder, incluida la pelea por definir su lugar en la Academia.

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