El estudio de los significados y procesos sociales que se despliegan en torno a la “ayuda social”, obliga a reflexionar sobre los marcos normativos morales que regulan y operan en la vida cotidiana de los sujetos implicados en una relación de donación y ayuda (quién da, qué se da, a quién, por qué). Esta comunicación versa sobre los desafíos metodológicos de etnografiar los sentidos y economías morales de “la ayuda”; entendiéndolas como la producción de prácticas guiadas por criterios morales que establecen los umbrales de lo aceptable en las relaciones de subordinación (Aguirre 2010). A partir de los sentidos y relaciones que producen los habitantes de un sector muy empobrecido de Tegucigalpa frente a una ONG española de base católica y voluntaria. La antropología ha estudiado profusamente la ambigüedad de la experiencia del don que, aunque exalte la gratuidad nunca excluye completamente la lógica del intercambio y la retribución. Ello permite que se instauren y perpetúen formas particulares de consentimiento, lealtad y poder simbólico desde el reconocimiento mutuo y, por tanto, fundados en un conjunto de órdenes morales implícitos, que son compartidos para que funcione el engranaje. Considerando aquí que el ámbito de la ayuda, por sus características, fuerza ideológica e implicaciones simbólicas y materiales es muy propicio a retóricas y lógicas discursivas (discursos públicos, ocultos, políticamente correctos, etc.) nos interrogamos sobre cómo acceder desde la etnografía, no solo al abigarrado espectro normativo moral implícito, sino a las prácticas cotidianas donde finalmente adquieren significado, se negocian, ajustan o disputan estos órdenes múltiples.  

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