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DE CASA AL HOSPITAL: MOVILIDADES DURANTE EL PARTO EN LA ISLA DE FLORES (INDONESIA)

El embarazo, parto y postparto, constituyen un proceso biosocial que se asocia a prácticas culturales diversas (Jordan 1993). Diariamente mueren unas 830 mujeres por causas relacionadas a este proceso; por ello, reducir la tasa de mortalidad materna (MMR) forma parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible propuestos por la ONU (WHO et al. 2015). Notablemente, el 99% de estas muertes ocurre en países de ingresos bajos, hecho que se relaciona a que determinadas políticas reproductivas internacionales no terminen de encajar en según qué contextos socioculturales (Barkin & Hildebrand 2014). Esta investigación ahonda en el caso Sikka, una regencia de Flores (Indonesia) con una MMR alta en el país. Para mitigarla, el gobierno local focaliza sus fuerzas en una progresiva medicalización del proceso reproductivo, adoptando activamente, entre otras, dos medidas: el reemplazo total de las matronas tradicionales por las biomédicas y la prohibición del parto en casa. Ambas políticas obvian la relevancia del papel de las matronas tradicionales en la comunidad, pues estas encarnan el conocimiento obstétrico local y ejercen de canal armonizador entre comunidad ancestral, naturaleza, embarazada y bebé, factores de gran peso en la comunidad. Así, partiendo de este escenario, esta comunicación ahonda en la siguiente pregunta: ¿Qué supone para las mujeres sikka la movilización del parto a las clínicas en un contexto político que valora negativamente la presencia de sus matronas tradicionales?   

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