Las políticas de la memoria se encuentran estrechamente vinculadas a las políticas de victimización, en tanto que son ellas las que plantean la sutil línea entre la justicia y la venganza y discriminan quién puede y quién no puede denominarse como víctima. La pugna por la legitimidad moral del dolor ha abierto nuevos escenarios de victimización donde se ponen en juego las distintas interpretaciones del pasado reciente, especialmente en aquellas sociedades que han sufrido un conflicto armado con vencedores y vencidos. Ya que la memoria es en sí misma un instrumento cognitivo y social en constante redefinición, el problema de la mediación entre las distintas versiones de la historia introduce en el proceso memorialista a distintos actores sociales a los que podemos llamar gestores de la memoria colectiva, encargados de interpretar y difundir una cierta imagen de lo sucedido y de sus consecuencias. La presente comunicación hablará de algunos de estos conflictos que tienen en su centro diferentes políticas de victimización en América Latina y España, que se han activado en los últimos años en un contexto internacional en el que el estatuto de víctima se ha convertido en un importante activador de procesos sociales.

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