Este póster propone una nueva aproximación al patrimonio inmaterial kurdo, concretamente a su dimensión musical. El Kurdistán no es un invento ficticio, sino que es la realidad de millones de personas emplazadas en un enclave geográfico concreto y con una cohesión idiomática y cultural cada vez más amenazada. Territorio ubicado entre Turquía, Siria, Irán e Irak, soporta una situación de subdesarrollo similar a la sufrida por las colonias africanas durante el s. XX. La imposición de un bloqueo por parte de estos países frena los procesos de desarrollo e industrialización locales, lo que dificulta el establecimiento de una autonomía real.   En este contexto, el acceso a fuentes primarias musicales resulta inviable si tenemos en cuenta tanto la práctica preeminente de procesos de transmisión oral como la inexistencia de instituciones dedicadas a su conservación. Las fuentes secundarias disponibles, centradas en el ámbito político y militar, obvian todo aquello relacionado con lo artístico-cultural. El empleo de fuentes orales, por último, no puede ser valorado debido a la inseguridad del terreno, cuestión al margen de las barreras logísticas y lingüísticas.    Expuestos y valorados los procesos de destrucción progresiva del patrimonio musical kurdo ante las dificultades para conocerlo, conservarlo y difundirlo, ¿Qué podemos hacer? Este póster presenta un acercamiento novedoso a través de las social networks. Mediante estas herramientas, connotadas negativamente en otros ámbitos, surge la posibilidad de conocer el contenido que informantes kurdos proporcionan de manera inconsciente e indirecta, proceso sometido a diferentes variables personales: medios, intereses, circunstancias, etc.

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