La hostilidad contemporánea hacia las personas musulmanas a nivel global y la consolidación del islam en el escenario geopolítico en tanto que alteridad anacrónica a Occidente, no pueden ser entendidas sin atender a las estrategias de pinkwashing propias del marco del homonacionalismo. Si bien la hostilidad hacia las personas musulmanas ha abarcado hasta el momento ámbitos muy diversos como la supuesta incompatibilidad del islam con la democracia o la regulación de su visibilidad en el espacio público —hiyab, mezquitas, realización de ritos colectivos, etc.—, no ha sido hasta ahora cuando se ha institucionalizado una lógica neocolonial de control de determinados corporalidades por parte de Occidente nutrida por la instrumentalización neoliberal de los sujetos LGBTQ+ con el objetivo de promover la representación LGBTQ+fóbica del islam. La presente comunicación analiza la emergencia de este proceso de queerización de la islamofobia —islamofobia queerizada— y su materialización mediante la producción transnacional de sujetos nacionales LGBTQ+ que representan, apoyan y legitiman tecnologías antiterroristas LGBTQ+ contra las poblaciones y comunidades musulmanas. Asimismo, aborda cómo la relación entre dichas tecnologías antiterroristas LGBTQ+ y la islamofobia queerizada ha provocado un rechazo “islámico” hacia lo LGBTQ+, que está siendo instrumentalizado tanto en el marco de Occidente como en de los Estados arabo-islámicos postcoloniales con el objetivo común de legitimar la dominación y el control del orden interno de ambas sociedades.

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