El barrio del Poblenou, Barcelona, mantiene aun hoy día fuertes vínculos con su pasado obrero e industrial. No solo por la presencia en sus calles de antiguas chimeneas y espacios fabriles, sino también por la fortaleza de una memoria colectiva que impregna los relatos, así como las acciones, de aquellos movimientos sociales que anidan entre sus fronteras. La okupación del antiguo edificio cooperativista de la Flor de Maig por algunos de estos movimientos, y su posterior conversión en Ateneu, contó con parte de esa memoria como instrumento simbólico cohesionador y sirvió para posicionar al grupo protagonista en el marco de la conflictualidad urbana local. Finalmente, el Ayuntamiento convergent de Xavier Trias , cediendo a las presiones,compró el edificio y lo cedió a sus okupantes. Sin embargo, unos meses después la Flor de Maig tuvo que ser desalojada debido al peligro de derrumbe motivado por modificaciones estructurales desconocidas a la hora de su adquisición. En marzo de 2016, algunos miembros del Ateneu llevan a cabo una nueva okupación, un solar adjunto al antiguo edificio -el Jardí de la Flor de Maig- en un intento de mantener un espacio común activo. Pero en el contexto de la llegada de Barcelona en Comú al poder municipal, y aun manteniendo ciertas coincidencias político-ideológicas con los miembros del Ateneu, esta nueva okupación ha supuesto el afloramiento de contradicciones internas y la manifestación de ciertos desajustes entre el papel de los movimientos sociales y la nueva situación municipal.
English:El barrio del Poblenou, Barcelona, mantiene aun hoy día fuertes vínculos con su pasado obrero e industrial. No solo por la presencia en sus calles de antiguas chimeneas y espacios fabriles, sino también por la fortaleza de una memoria colectiva que impregna los relatos, así como las acciones, de aquellos movimientos sociales que anidan entre sus fronteras. La okupación del antiguo edificio cooperativista de la Flor de Maig por algunos de estos movimientos, y su posterior conversión en Ateneu, contó con parte de esa memoria como instrumento simbólico cohesionador y sirvió para posicionar al grupo protagonista en el marco de la conflictualidad urbana local. Finalmente, el Ayuntamiento convergent de Xavier Trias , cediendo a las presiones,compró el edificio y lo cedió a sus okupantes. Sin embargo, unos meses después la Flor de Maig tuvo que ser desalojada debido al peligro de derrumbe motivado por modificaciones estructurales desconocidas a la hora de su adquisición. En marzo de 2016, algunos miembros del Ateneu llevan a cabo una nueva okupación, un solar adjunto al antiguo edificio -el Jardí de la Flor de Maig- en un intento de mantener un espacio común activo. Pero en el contexto de la llegada de Barcelona en Comú al poder municipal, y aun manteniendo ciertas coincidencias político-ideológicas con los miembros del Ateneu, esta nueva okupación ha supuesto el afloramiento de contradicciones internas y la manifestación de ciertos desajustes entre el papel de los movimientos sociales y la nueva situación municipal.
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