AIBR http://www.aibr.org Registro AIBR, SSCI text/plain; charset=utf-8 TY - JOUR JO - ARIES, Anuario de Antropología Iberoamericana TI - EL ETNÓGRAFO TRANSCRIBIENTE: LA TRANSCRIPCIÓN-DIGITALIZACIÓN COMO ESTRATEGÍA DE EXPANSIÓN PERFORMATIVA DEL ARCHIVO ETNOGRÁFICO VL - IS - 2015 PB - Asociación AIBR, Antropólogos Iberoamericanos en Red T2 - ARIES, Anuario de Antropología Iberoamericana PY - 2015 M1 - SN - 2530-7843 UR - https://aries.aibr.org/articulo/2019/20/1128/el-etnografo-transcribiente-la-transcripcion-digitalizacion-como-estrategia-de-expansion-performativa-del-archivo-etnografico DO - doi:2015.AR0002050 AU - Hoyos, Pablo A2 - A3 - A4 - A5 - A6 - A7 - SP - LA - Esp DA - 20/09/2019 KW - AB - Spanish: Dándole la vuelta a la famosa frase de Bartleby, y llevada a un contexto de trabajo etnográfico en el que nuestro rol pasa del antropólogo clásico al del acompañante, cuyas notas pasan por la transcripción y/o digitalización de las apreciaciones de actores en condiciones específicas, el etnógrafo escribiente diría “preferiría sí hacerlo”. El sí se apoyaría en dos motivos complementarios, (1) su registro genera un archivo de inscripciones a través de los cuáles se preservan acontecimientos y testimonios que de otra forma no serían reconocidos, y (2) por el mero hecho de archivar estas notas, los acontecimientos y testimonios serían producidos. La presente conferencia se yergue sobre la reflexión anclada al segundo motivo del sí, a través del trabajo de campo realizado en el Centro Varonil de Reinserción Social, CEVARESO, Santa Martha Acatitla, en la Ciudad de México, en el marco de un taller de performance en el que los participantes decidieron ser escritores. El rol del etnógrafo pasó a ser el transcriptor-digitalizador de las textualidades producidas a mano por los escritores para en la recopilación de estas escrituras literario-testimoniales llevar a cabo la edición de una plaquette que le fue entregada, devuelta, a los participantes para que éstos la distribuyeran a libre disposición. Debido al carácter de los textos, el _etnógrafo transcribiente_, en su labor, tuvo que atender a los modos de escribir “maltrecho” de cada escritor, por lo que para ser fiel al material hubo de modificar los comandos del programa del software, así como los aprendizajes propios vinculados con la buena escritura. La escritura “maltrecha” de los participantes es una escritura política, donde más allá del corrector ortográfico del software, nosotros, académicos, tendemos a corregir en la lectura las “faltas”, donde los textos piden, demandan, una lectura corporal, táctil, a menudo incómoda, ya que casi hay que pasar por entre las letras, las sintetizaciones vocálicas y consonánticas. En estas escrituras, podemos encontrar una longitud de onda que atiende a un complejo de relaciones sociales que suelen ser omitidas tanto por las instancias jurídicas, las evaluaciones psicológicas, como por el sistema carcelario (Wacquant, 2010). Al sumarse al estas escrituras “maltrechas” al archivo, lo pluraliza, lo abre, no sólo por la forma “vulgar” o “coloquial” de su contenido sino porque antes de haber sido archivadas, no formaban parte de él, contribuyendo a la expansión performativa del archivo. English: Dándole la vuelta a la famosa frase de Bartleby, y llevada a un contexto de trabajo etnográfico en el que nuestro rol pasa del antropólogo clásico al del acompañante, cuyas notas pasan por la transcripción y/o digitalización de las apreciaciones de actores en condiciones específicas, el etnógrafo escribiente diría “preferiría sí hacerlo”. El sí se apoyaría en dos motivos complementarios, (1) su registro genera un archivo de inscripciones a través de los cuáles se preservan acontecimientos y testimonios que de otra forma no serían reconocidos, y (2) por el mero hecho de archivar estas notas, los acontecimientos y testimonios serían producidos. La presente conferencia se yergue sobre la reflexión anclada al segundo motivo del sí, a través del trabajo de campo realizado en el Centro Varonil de Reinserción Social, CEVARESO, Santa Martha Acatitla, en la Ciudad de México, en el marco de un taller de performance en el que los participantes decidieron ser escritores. El rol del etnógrafo pasó a ser el transcriptor-digitalizador de las textualidades producidas a mano por los escritores para en la recopilación de estas escrituras literario-testimoniales llevar a cabo la edición de una plaquette que le fue entregada, devuelta, a los participantes para que éstos la distribuyeran a libre disposición. Debido al carácter de los textos, el _etnógrafo transcribiente_, en su labor, tuvo que atender a los modos de escribir “maltrecho” de cada escritor, por lo que para ser fiel al material hubo de modificar los comandos del programa del software, así como los aprendizajes propios vinculados con la buena escritura. La escritura “maltrecha” de los participantes es una escritura política, donde más allá del corrector ortográfico del software, nosotros, académicos, tendemos a corregir en la lectura las “faltas”, donde los textos piden, demandan, una lectura corporal, táctil, a menudo incómoda, ya que casi hay que pasar por entre las letras, las sintetizaciones vocálicas y consonánticas. En estas escrituras, podemos encontrar una longitud de onda que atiende a un complejo de relaciones sociales que suelen ser omitidas tanto por las instancias jurídicas, las evaluaciones psicológicas, como por el sistema carcelario (Wacquant, 2010). Al sumarse al estas escrituras “maltrechas” al archivo, lo pluraliza, lo abre, no sólo por la forma “vulgar” o “coloquial” de su contenido sino porque antes de haber sido archivadas, no formaban parte de él, contribuyendo a la expansión performativa del archivo. CR - Copyright; 2015 Asociación AIBR, Antropólogos Iberoamericanos en Red ER -